UN DIA DE VIENTO
El patio de la
casa, fue el lugar de mi nacimiento.-
Javier, y sus padres fueron decisivos para que yo
fuera parte de este mundo. Ellos trataron de que yo estuviera bien formada,
fuerte…y linda y todo para que pudieran ver feliz a su hijo-
Pasaron algunos días, hasta que llegó el señalado. Por
fin, hubo preparativos; Don Ruben, trajo a la puerta su vieja camioneta y allí
fui a parar junto con la canasta del pic-nic, a la parte de atrás, al
descubierto, junto con algunas gomas viejas, una casillero y no sé qué más Era
una linda tarde de sol, templada y con un poco de viento.
No sé por qué cuando la camioneta se detuvo desviando
un camino me puse nerviosa.
Por fin llegamos a una gran extensión de campo a la
que el viento acariciaba peinando el pasto como de corta melena.
…y a ese pasto fui a parar, me acostaron allí y me
ataron un piolín que parecía no tener fin y que se arrollaba en un pedazo de
palo como si fuera un huso. Me pareció que el papá de Javier estaba enojado
conmigo, porque me dio un tirón muy fuerte, y echó a correr conmigo como un
loco! Javier lo seguía y yo sentía que cabeceaba y trepaba en el aire; tan
pronto subía, como parecía bajar. Cada vez se fue haciendo menos doloroso el
tirón, y sentí que me mecía en el aire muy arriba y me fui quedando como
dormida y sentía que me hamacaba suavemente; me sentía la reina del espacio.
Cuando miraba hacia abajo, veía a mi familia, chiquita… mirándome sonriente´
No faltó mucho para que me diera cuenta, de que yo no
era la única “reina” del cielo; más arriba…mucho más arriba, brillantes como
joyas estaban las otras, las pandorgas lindas, refinadas de largas melenas
multicolores a las que el sol hacía juegos de luces con ellas. Suspiré… miré
hacia abajo, y me volví a sentir bien…muy bien y seguí meciéndome orgullosa,
hasta que me llevaron de vuelta a casa con la promesa de volver pronto otro día
cuando hubiera buen viento y brillara otra vez el sol. Después de todo no es tan malo ser “tarasca”
¿no?....
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