jueves, 11 de agosto de 2016

LA VENTANA

Aquella gran ventana daba al mar.-
y  ella sentía que él, lo traería
¡alegría!
Pero también volvería a partir
¡tristeza!
Cuando aquella ventana se abría
entraba el olor del mar
y el sonido de sus olas al romperse
y llegar muriendo a la orilla.
Y ella sentía palpitar su corazón
ante la angustia de su ausencia
Destino de marino, se decía
y  cerraba la ventana.
Y el mar se volvía una fantástica 
y  móvil estampa
crestas blancas con brillo de sol
o claros de luna en la noche estrellada.
Pero llegó el día en que el horizonte
recortó la silueta de un barco
Había llegado el día, en el que el mar
devolvía a quien llevara otra vez…
¡alegría!..